El poema “Casas heridas” de Vanessa Sosa es un adentramiento en las sombras, una exploración valiente de esos espacios íntimos difíciles de nombrar desde una voz adulta. Habitaciones de niña que abren y cierran sus puertas como si fuesen heridas recientes, imposibles de cicatrizar en el olvido. El pasado resurge doloroso, a veces confuso, y se trastoca en la memoria para reconstruirla en un afán de rescatar ese amor esquivo, acaso cruel. Acompañan los versos las ilustraciones de María Gabriela Lovera, una serie de collages digitales que juegan a difuminar los limites de esosespacios interiores que condensan lo que llamamos hogar, y que no siempre es tan dulce. DESCARGA LIBREMENTE la plaquette o cuadernillo ilustrado bajo licencia Creative Commons no comercial, de reconocimiento obligado de autorías y de no tergiversación o derivación de la obra, pinchando en el siguiente enlace: